Adolf Hitler no fue el fundador del partido nazi. Se unió a él en 1919, tras la Primera Guerra Mundial, como miembro número 55. Se convirtió en líder de la formación de la esvástica en 1921. Tras un intento de golpe de Estado fallido, aprovechó los nueve meses que pasó en la cárcel en 1924 para escribir Mein Kampf.
En su manifiesto nazi trazó dos conceptos principales de su ideario, el de la expansión de la "raza aria" y la consecución de una "comunidad nacional" sin judíos ni otras minorías.
Hitler exigía una revisión del Tratado de Versalles, que para muchos alemanes había supuesto una humillación tras haber vivido el imperio una derrota en la Primera Guerra Mundial. El líder nazi abogaba por la tan ansiada recuperación del poder político, económico y militar.
"Alemania tiene motivos sobrados para el resentimiento". Todos los partidos alemanes, desde los comunistas en la extrema izquierda hasta los nacionalsocialistas en la extrema derecha, coincidían en condenar el Tratado de Versalles como injusto e inaceptable.
Hitle quedó segundo en las elecciones presidenciales de abril de 1930 (obtuvo un 36,8% de los apoyos) contra Paul von Hindenburg. Alemania se resentía ya no solo de la herencia de la derrota tras la Primera Guerra Mundial, sino también de la Gran Depresión. En 1932, ya había 6 millones de parados en Alemania y Hitler prometía el 'Tercer Reich'.
A medida que profundizaba el sentimiento general de crisis, la popularidad de Hitler ascendió [en gran medida gracias a la propaganda de Goebbels], El 30 de enero de 1933, el presidente Paul von Hindenburg nombró canciller a Adolf Hitler, tras el fracaso de dos gobiernos en menos de un año.
En cuestión de meses asumió poderes dictatoriales, en gran medida gracias a la firma de Hindenburg dando luz verde por decreto a "la protección del pueblo y del Estado". El camino hacia la Segunda Guerra Mundial estaba abierto. El partido nazi ganó las elecciones parlamentarias en marzo del mismo año.
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